¿Cuánto tiempo puede estar un bebé de un mes en la hamaca?

Por Ángela

No siempre podemos tener a nuestros bebés sobre los brazos o la cuna. Aunque quisiéramos pasar todo el día acurrucando a nuestros pequeños, hay montones de responsabilidades que cumplir. Entonces, una buena alternativa es comprar una cómoda hamacas infantil.

Son livianas y compactas. Las podemos poner en cualquier rincón de la casa (o trabajo) para mantener a nuestro hijo siempre cerca, aun cuando estemos ocupados con los quehaceres diarios.

También, las hamacas son de los artículos que no pueden faltar cuando salimos de camping o a la playa. La mayoría de los modelos se pueden plegar, ocupan poco espacio dentro del coche y se arman de forma muy sencilla. Además, admiten lavado a máquina y por tratarse de estructuras muy sencillas, se limpian con facilidad.

Pero, por muy prácticas y cómodas que nos resulten, los niños pequeños no pueden pasar largo tiempo sobre una hamaca o cualquier otro mueble. La movilidad es tan necesaria como el descanso y recordemos que los pequeños no pueden mover su cuerpo a voluntad o para, por ejemplo, cambiar de postura.

¿Cuándo se puede poner a un bebé en la hamaca?

Puede sonar algo disparatado, pero las hamacas al menos las de calidad- son aptas para niños muy pequeños. No hay impedimento para poner a un recién nacido sobre una. Son seguras, ergonómicas, traen cinturón y existen para diferentes edades o peso.

Aparte, hay montones de modelos. Es posible elegir entre hamacas que se mecen, son tipo columpio, traen móviles, luces, sistema de balanceo automático o base giratoria. En fin, hay un modelo para cada gusto.

A continuación te dejamos las características a considerar al momento de comprar la mejor hamaca para nuestros bebés:

Resistente. Nunca debemos exceder el peso máximo recomendado por el fabricante, de tal forma que resulta prudente identificar qué mueble requerimos y su capacidad de carga, hay algunas que son hamacas hasta 18 kg. Una hamaca puede volcar si se usa fuera de los parámetros establecidos.

Arnés de seguridad. El cinturón de seguridad debe estar presente en todos los muebles para infantes. Desde portabebés hasta cochecitos de paseos, los arneses son un elemento fundamental.

Reclinable. Los modelos más sencillos no admiten ajustes en el respaldar. Sin embargo, hay versiones mejor elaboradas que permiten varios grados de inclinación.

Área de entretenimiento. Puede que nuestro pequeño sea usuario frecuente de la hamaca, así que lo mejor es conseguir muebles con arco de juegos, luces, melodías o cualquier otro plus de diversión.

Lavable. Descarta cualquier mueblecito que no se pueda limpiar con facilidad. Los pequeños son propensos a sufrir “accidentes” de pañal o derrames de alimentos, así es que muy probable debas higienizar la sillita con mucha frecuencia.

¿Qué pasa si mi bebé se duerme en la hamaca?

Los bebés pueden dormir en hamacas, pero por espacios muy cortos de tiempo y bajo la mirada de un adulto. Las hamacas no están diseñadas para que el bebé repose de manera horizontal, son más bien la combinación de una sillita con un balancín y ya analizamos las mejores hamacas de bebé.

Los niños pequeños deben dormir boca arriba sobre una superficie plana, hasta que tenga la fuerza suficiente parar girarse y adoptar una posición que les permita respirar con facilidad.

Antes de un año de edad, los huesos de la cervical no tienen la suficiente madurez como para soportar el peso del cráneo.

Un niño que reposa sobre una superficie no firme (hamacas, sillitas, tumbonas, portabebés, etc) puede inclinar su cabeza a tal punto que dificulte su respiración y existe riesgo de sufrir asfixia postural.

También, este tipo de muebles se asocia a un número mayor de casos de muerta súbita del lactante, que implica el deceso de un bebé, aparentemente sano, mientras duerme.

En tal sentido, lo más prudente es cambiar al niño de la hamaca a la cuna lo más pronto posible, e igual si el pequeño se queda dormido en la sillita para el coche o en cualquier otro mueble similar.

Cómo usar la hamaca de forma segura

Pese a que las hamacas, bajo supervisión, son muebles muy seguros, hay una seria de pautas que se deben seguir para evitar malos ratos:

  • Las hamacas se deben utilizar al ras del suelo. No se pueden colocar en lugares altos (mesas, sillas, escritorios, etc) o irregulares (camas, sofás y cualquier otra superficie que no sea el piso).
  • El niño debe llevar siempre el cinturón de seguridad de 3 o 5 puntos.
  • Siempre debe estar un adulto atento del bebé. Los niños se pueden girar, adoptar mala postura o incluso caer de la hamaca.
  • Las hamacas no son para usar por largos periodos de tiempo o para que el bebé tome siestas.

Es imperioso respetar las instrucciones del fabricante en cuanto a edad y peso. En la fabricación de una hamaca se emplean materiales testados para determinar cuántos kilos pude soportar antes del colapso.

Las hamacas, a diferencia de las sillitas para coche, no están sujetas a normativas de seguridad y diseño. Entonces, la única manera de saber que estamos ante un buen mueble es colocando la lupa sobre el fabricante, su trayectoria, la calidad de los materiales e incluso su precio.

 

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